El gran temor del mundo occidental se dirige a la incertidumbre de la muerte.
Nos paralizamos en vida tantas veces por el temor a la partida.
Morir, todos vamos a morir, el tema es morir bien.
Muere bien, quien vive bien.
Si comenzamos a intuir qué es la vida, nos será más fácil llegar a
comprender el modo en que a todo fenómeno vital le
sigue un declive y un nuevo comienzo.
La muerte es un tránsito y un descanso,
un amanecer y un anochecer, una despedida y un encuentro,
una realización y una promesa, una partida y una llegada.
Nuestra vida no comienza cuando nacemos
y no termina cuando morimos.
Sólo es pasar un tiempo para madurar y crecer un poco.
La muerte siempre ocurre.
Es un hecho ineludible,
y al tener que enfrentar
se con lo cotidiano de la
muerte el hombre ha tenido que aprender,
a lo largo de su evolución,
a plantear este tema desde otros ángulos y perspectivas.
En esta investigación recorreremos los antecedentes
históricos de la Tanatología para así
comprender su origen y desarrollo.
El aprender a afrontar la muerte -en su doble
vertiente de experiencia individual o
de doliente en presencia de un allegado-
es también aprender a asumir, en toda su dimensión,
nuestra propia humanidad.
La Tanatología comprende
muchos campos de acción,
desde la atención al enfermo moribundo y a su familia,
hasta la elaboración del proceso de duelo
por una pérdida significativa.
El término Tanatología, "La ciencia de la muerte",
fue acuñado en 1901 por el médico ruso
Elías Metchnikoff, quién en el año de 1908
recibiera el Premio Nobel de Medicina
por sus trabajos que culminaron en
la teoría de la fagocitosis.
En ese momento la Tanatología fue considerada
como una rama de la medicina forense
que trataba de la muerte y de todo lo relativo
a los cadáveres desde el punto de vista medico-legal.
En 1930, como resultado de grandes avances en la medicina,
empezó un período que confinaba la muerte en los hospitales,
y en la década de 1950 esto se generalizó cada vez más.
Así el cuidado de los enfermos en fase terminal f
ue trasladado de la casa a las instituciones hospitalarias,
de modo que la sociedad de la época "escondió"
la muerte en un afán de hacerla menos visible,
para no recordar los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Después en la década de 1960,
se realizaron estudios serios (sobre todo en Inglaterra)
que muestran que la presencia de los familiares
durante la muerte de un ser querido se vio
disminuido a sólo el 25%.
Durante esa época se hizo creer a
todos que la muerte era algo sin importancia,
ya que al ocultarla se le despojaba de su sentido
trágico y llegaba a ser un hecho ordinario,
tecnificado y programado,
de tal manera que fue relegada y
se le consideró insignificante.
Sin embargo,
a mediados del siglo pasado los médicos psiquiatras Eissler
(en su obra El Psiquiatra y el paciente moribundo ),
y Elizabeth Kübler-Ross
(en su libro Sobre la muerte y los moribundos )
dieron a la Tanatología otro enfoque que ha prevalecido en la actualidad,
y que veremos después de analizar la etimología del término Tanatología.
El vocablo tanatos deriva del griego Thanatos ,
nombre que en la mitología griega se
le daba a la diosa de la muerte,
hija de la noche, denominada Eufrone o Eubolia ,
que quiere decir "madre del buen consejo".
La noche tuvo a su hija (la muerte o Thanatos)
sin la participación de un varón,
por lo cual muchos la consideran diosa;
no obstante, algunas veces,
también la diosa de la muerte
es representada como un genio alado.
La muerte es hermana del sueño,
al cual se daba el nombre de Hipnos o Somnus ,
que también era hijo de la noche (Eufrone),
pero él si tenía padre y este era Erebo o
el infierno quién, además de esposo,
era hermano de la noche y tanto él
como ella eran hijos del Caos .
De ahí que la Muerte o Thanatos
sea sobrina de Erebo o el infierno
y nieta del Caos.
Thanatos (la muerte) es representada
con una guadaña, una ánfora y una mariposa.
La guadaña indica que los hombres son cegados
en masa como las flores y las yerbas efímeras,
el ánfora sirve para guardar las cenizas,
y la mariposa que vuela es emblema }
de esperanza en otra vida .
A la muerte se le ubicaba geográficamente
en una región comprendida entre
dos territorios de la antigua Hélade,
a la derecha el territorio de la noche (su madre)
y a la izquierda el territorio del sueño (su hermano).
La muerte o Tanatos es una deidad
capaz de sanar todos los males,
pero como es la única entre todos
los dioses que no acepta dádivas,
nunca cura a nadie.
LOGOS deriva del griego logos ,
tiene varios significados:
palabra, razón, estudio,
tratado, discurso, sentido, etcétera.
La gran mayoría de los filósofos griegos
le daban la acepción de sentido ,
pero el que haya prevalecido como estudio,
tratado u otro, se debe a errores
interpretativos con el transcurso del tiempo.
Para efectos de esta investigación,
retomaremos para el vocablo logos el significado de sentido.
De ahí que la Tanatología pueda definirse
etimológicamente como
" la ciencia encargada de encontrar sentido al proceso
de la muerte " (dar razón a la esencia del fenómeno).
La Dra. Elizabeth Kübler-Ross se dio cuenta de los
fenómenos psicológicos que acompañan
a los enfermos en fase terminal durante
el proceso de muerte, por lo que define
a la Tanatología moderna como
" una instancia de atención a los moribundos "
; por ello, es considerada la fundadora de esta
nueva ciencia. Con su labor,
la Dra. Kübler hace sentir a los agonizantes
que son miembros útiles y valiosos de la sociedad,
y para tal fin creó clínicas y hospices
cuyo lema es " ayudar a los enfermos
en fase terminal a vivir gratamente,
sin dolor y respetando sus exigencias éticas" .
La nueva Tanatología tiene como
objetivo fomentar y desarrollar
holísticamente las potencialidades del ser humano,
en particular de los jóvenes,
para enfrentar con éxito la difícil
pero gratificante tarea de contrarrestar los efectos
destructivos de la "cultura de la muerte",
mediante una existencia cargada de sentido,
optimismo y creatividad, en la que el trabajo
sea un placer y el humanismo una realidad.
-"La muerte es sólo un paso más
hacia la forma de vida en otra frecuencia
y el instante de la muerte es
una experiencia única, bella, liberadora,
que se vive sin temor y sin angustia".-
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